martes, 11 de noviembre de 2014

VULNERABILIDAD SOCIAL



VULNERABILIDAD SOCIAL



El concepto de pobreza, que ha sustentado la mayor parte de los trabajos sobre el tema, realizados en las dos últimas décadas, es entendida como carencia y refiere a un estado de deterioro, a una situación de menoscabo que indica tanto una ausencia de elementos esenciales para la subsistencia y el desarrollo personal como una insuficiencia de las herramientas necesarias para abandonar aquella posición. Estas carencias refieren a dificultades más estructurales o más coyunturales, según sea la índole de los indicadores que se utilizan y por ende, el método por el cual se mide y clasifica el fenómeno. De este modo se es pobre cuando no se logra satisfacer algunos de los requerimientos que han sido definidos como "necesidades básicas", pero también se es pobre cuando, aun cubriéndolas, los ingresos se ubican por debajo de una imaginaria línea de pobreza. Como resultante se habla de pobreza estructural, pauperizados, pobres por ingreso; estas distinciones marcan algunas características de quienes se encuentran en esta condición y en todo caso muestran que los primeros, independientemente del ingreso en el momento de la medición, han tenido históricamente dificultades para alcanzar niveles mínimos de acumulación familiar.

En esta línea que entiende pobreza como carencia es a la que se vinculan las nociones de vulnerabilidad y de exclusión y la posibilidad de pensar si pueden ser herramientas analíticas que permitan una aproximación más dinámica tanto a la diversidad de situaciones a las que se enfrentan los que de una u otra manera son partícipes de algún tipo de privación como para indagar en el proceso por el cual amplios sectores de la sociedad perdieron la participación en una o varias formas de relación social.

Los hogares vulnerables -y los individuos- se enfrentan a riesgo de deterioro, pérdida o imposibilidad de acceso a condiciones habitacionales, sanitarias, educativas, laborales, previsionales, de participación, de acceso diferencial a la información y a las oportunidades.

Las unidades de análisis conformadas por agregados remiten, en su construcción, a la objetivación de diversas relaciones que operan en los espacios de interacción e involucran a los componentes de los grupos familiares; desde los lazos de consanguinidad y copresidencia hasta los sistemas de poder, autoridad y adjudicación de responsabilidades, así como los sistemas de normas y valores que rigen. No debe asumirse como espacio armónico, de consolidación de afectos, sino también de tensiones.

Como se ha señalado antes, la propuesta de trabajar la vulnerabilidad social de modo que permita analizar las diferencias, las heterogeneidades, el mayor o menor nivel o grado de fragilidad y de riesgo de las unidades familiares, incluye considerarla en diferentes ámbitos o dimensiones, algunos que hacen al contexto, otros al micro espacio de relaciones conformado por las características de los miembros. A partir de la información que se registra para los individuos o para el hogar, según sea la dimensión que se considere y de modo de poder establecer las relaciones pertinentes, se construyen las unidades de análisis.

Las dimensiones que se proponen corresponden a su vez a diferentes niveles: contextual, familiar-doméstico e individual. Estos niveles se vinculan, en cierto modo, a pensar desde una metáfora espacial, limitaciones que operan "desde arriba" –el régimen político y social de acumulación- y "desde abajo" –los atributos individuales-. Las distintas instancias analíticas plantean diferentes necesidades de información y requieren de instrumentos técnicos y analíticos diversos, que al mismo tiempo permitan establecer las vinculaciones. La información a utilizar responderá a cada requerimiento específico según las dimensiones o los planos que se han planteado. Se asume la postura de la complementariedad de los métodos de recolección y análisis, vinculada al ámbito específico de la problemática que se aborda.



Para analizar las situaciones de vulnerabilidad, se proponen las siguientes dimensiones:

1.   Con relación al hábitat y a las condiciones habitacionales, los indicadores que se seleccionaron permiten evaluar el acceso pasado y actual a un aspecto de las condiciones materiales de existencia logradas en el tiempo. En cierto modo miden situaciones menos coyunturales, si bien no se pueden evaluar, con los indicadores usados, qué acciones se llevaron a cabo para llegar a este nivel, como por ejemplo el "sacrificio de bienes pasados".

2.   Vinculada a los tipos y formas de la organización familiar, así como a la posición social de los hogares, ya que las características sociodemográficas de los hogares y su ubicación social importan para analizar requerimientos y necesidades y la posibilidad de satisfacción, según diferentes etapas del ciclo vital, responsabilidades según género y generaciones.

3.  Ligadas a las características educacionales, ya que no sólo advierte sobre las capacidades operativas de la población y la posibilidad de dar respuestas a los requerimientos del mercado laboral, sino también de los posibles niveles en la adquisición de, y en la exposición a, redes de socialización. Incidiría también en la conformación de determinado capital social y cultural. En este punto es particularmente importante considerar los niveles de escolaridad de modo diferencial según los grupos de edad y de los lugares que ocupen en la estructura familiar.

4.   Con relación al ámbito laboral, ya que el trabajo como recurso generador de recursos, no sólo posibilita el sustento material de la existencia, sino también que determinadas formas y condiciones de trabajo provean –o no- seguridad, reconocimiento e inserción en alguna clase de mecanismo de integración y cohesión social. En esta dimensión sería pertinente considerar también las trayectorias como uno de los recursos explicativos de mayor o menor logro en los niveles de acumulación de activos materiales y no materiales, estos últimos vinculados a las formas de capital social que se pueden generar a través de la inserción en diferentes ámbitos.

5.   Con aspectos relativos a lo previsional ya que muchas de las garantías asociadas a la condición salarial están en retroceso.

6.   En el ámbito relacional, que contemple las posibles inserciones de redes de relaciones, en sistemas de sociabilidad, de contención que hacen a la integración en diferentes lazos sociales.

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